
Durante estos días, la residencia se ha llenado de detalles que nos recuerdan la profundidad y belleza de estas fechas. Desde el altar decorado con esmero, las ramas de olivo bendecidas y el pan y el vino que evocan la Última Cena, hasta los elementos más representativos de la Pasión de Cristo.
Uno de los momentos más entrañables ha sido la exposición de miniaturas de pasos de Semana Santa, realizadas a mano por nuestro residente Luis Macario, quien ha demostrado un gran talento y dedicación. Con materiales sencillos y mucho cariño, Luis ha recreado escenas que forman parte del imaginario de nuestras procesiones: nazarenos, pasos con velas, figuras de Cristo crucificado y Vírgenes Dolorosas. Todo un homenaje a nuestras tradiciones desde la creatividad y la ilusión.
También se han dispuesto rincones temáticos en la residencia, donde se pueden contemplar símbolos tan reconocibles como la cruz, la corona de espinas, el ramo de olivo, los capirotes o el vino y el pan. Espacios que han servido tanto para la reflexión como para compartir recuerdos y vivencias entre los residentes y el equipo del centro.
Estas iniciativas no solo acercan la Semana Santa a nuestros mayores, sino que refuerzan su sentido de pertenencia, estimulan su memoria y fomentan su participación activa. En la Residencia San Diego creemos que mantener vivas las tradiciones también es cuidar el alma.